CELEBRA TU TRANSFORMACIÓN
- Yoali Velez
- 27 dic 2019
- 2 Min. de lectura
¡Cantemos himnos a Dios! ¡Sí, cantémosle al que manda la lluvia! ¡Hagamos fiesta en su presencia! ¡Él es el Dios de Israel!
Salmos 68:4
¿Quieres volver a Dios? Primero debes hartarte, luego reconocer tu pecado y luego ceder el control de tu vida a Dios. Finalmente, tu celebras.
En la historia de Jesús sobre el hijo pródigo, es importante notar la respuesta del padre: "Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él... Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete" (Lucas 15:20, 22-23 NVI).
El padre del pródigo es como tu Padre celestial. No importa lo que hayas hecho, cuando vienes a casa con Dios, él te envuelve en su amor. Te da lo mejor de ti y dice: “¡Todo está perdonado! Ve a buscar la bata. Ve a buscar los zapatos. ¡Tengamos un banquete! Mi hijo ha vuelto a mí”. Llegas a casa a la celebración, no a la condena. Y Dios quiere que te unas a él en celebración mientras le das alabanza.
Celebras tu transformación diciendo simplemente: “Gracias, Dios. Gracias por tu gracia. Gracias por tu amor. Gracias por tu bondad. ¡Levanto mi alabanza!”
Para tu propia transformación, necesitas celebrar lo que Dios ha hecho en tu vida y agradecerle a través de una canción, la Biblia no dice que hagas que tu canto sea bonito. Dice hacer tu canto alegre. ¡Tú puedes hacer eso! Cualquiera puede hacer un ruido alegre. Canta tu alabanza a Dios, no solo por quién es él, sino también por la transformación que ha hecho en tu vida

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